Según Alba (2014), las adaptaciones necesarias a posteriori (como las adaptaciones curriculares) pueden resultar poco funcionales y atractivas para el alumnado, y costosas para los docentes debido a las siguientes razones:
Ya que en ocasiones no sirven para alcanzar el objetivo que se pretendía en un principio. A menudo, estas adaptaciones se limitan a “parchar” o a simplificar las tareas y los objetivos, en lugar de proporcionar los apoyos (andamiaje) que el estudiante necesita para acceder al mismo aprendizaje que sus pares..
Porque en ocasiones el estudiante no trabaja en las mismas actividades que sus compañeros, lo que le puede hacer sentir desplazado y desmotivado.
Pueden llegar a requerir que se invierta mucho esfuerzo y tiempo del profesorado para diseñar las adaptaciones: una vez que la planificación ya está diseñada, hay que empezar a hacer variantes individuales para determinados alumnos.
Por ello, debido a que el DUA se enfoca a planear desde el principio un currículo en el que puedan participar todo el estudiantado (al ofrecer múltiples modos de representación, expresión y motivación), las clases se vuelven atractivas para la diversidad de estudiantes y se evita el tener que hacer adaptaciones individuales o posteriores, ahorrando tiempo y esfuerzo por parte del profesorado.