De acuerdo a la Estrategia Nacional de Educación Inclusiva (2019), “la diversidad es la multiplicidad de formas de pensamiento, sentimiento y cultura y es inherente a cualquier comunidad humana, sea pequeña o grande”.
Así, por ejemplo, dentro de un salón de clases, aun y cuando la totalidad de los estudiantes pertenezcan a una misma cultura, cada quien presenta capacidades cognitivas, emocionales o sociales distintas.
Hablar de diversidad en educación supone situarse en un marco muy amplio donde se acepta que siempre contamos con un aula diversa y que siempre tendremos que atender a la diversidad. (Solera et al, 2016)
Esto implica que se debe diseñar y poner en práctica un currículum accesible que permita al alumnado desarrollar su máximo potencial.
Por otra parte, reconocer la diversidad en nuestro estudiantado implica también identificar aquellas percepciones y estereotipos inconscientes que podemos tener sobre ellas y ellos.
De acuerdo con IRIS (2012), “Las percepciones de los maestros—los pensamientos y las imágenes mentales que los maestros tienen de sus estudiantes—son moldeadas por su propio conocimiento previo y experiencias de vida. Estas experiencias pueden incluir su historia familiar o sus tradiciones, educación, trabajo, cultura o comunidad.”
La Real Academia de la Lengua Española ( 2012 ) define el estereotipo como una “imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable”.
Los estereotipos limitan nuestra percepción del otro y hacen que prestemos atención solamente en aquellos rasgos que confirman nuestros propios estereotipos y prejuicios hacia los demás .
Así mismo, los estereotipos afectan a la persona a la que se refieren, haciendo que se comporte siguiendo los estereotipos y prejuicios que los demás creen observar en ella.
El Efecto Pigmalión en el aula, ya sea en su vertiente positiva o en la negativa, consiste en que el docente transmite a sus estudiantes sus expectativas y ellos, por su parte , tiende a realizar lo que de ellos se espera. (Solera et al, 2016)
Cuando los docentes tienen expectativas muy altas, los estudiantes suelen tener un rendimiento académico más alto. Sin embargo, cuando se tienen expectativas muy bajas, el desempeño de los estudiantes no refleja su verdadero potencial.
La mejor manera de deshacernos de los estereotipos es conocer y vincularnos con nuestros estudiantes y dar la bienvenida a la diversidad en el salón de clases.