Cuando los objetivos o metas están estrechamente relacionados a los medios, algunos estudiantes serán excluidos accidentalmente de la posibilidad de alcanzarlos, mientras que otros no recibirán un nivel de reto apropiado.
Con el fin de motivar al estudiantado y permitirles evaluar su propio progreso, es necesario expresar las metas de aprendizaje de manera flexible, ofreciendo alternativas para alcanzarlas, aclarando los criterios de éxito y permitiendo que los aprendices se involucren al desarrollarlas.
Por ejemplo, los estudiantes de una clase necesitan leer un libro y escribir un reporte que demuestre lo que saben de la obra literaria. Si el objetivo en este caso no es escribir, sino demostrar dominio sobre el libro, una meta que especifique que el estudiantado debe “escribir” un reporte es determinar un sólo medio por el cual pueda demostrar su conocimiento. Esto, a su vez, da ventaja a aquellos que pueden expresarse fácilmente en este medio.
Por ende, una meta efectiva permitiría múltiples modos de expresión, es decir, desarrollar un reporte a través del medio que mejor funcione para cada estudiante: Esto podría ser a través de un video, arte, reporte escrito, blog, etc.
Objetivo Tradicional | Objetivo DUA |
El estudiante escribirá un reporte de 500 palabras acerca de El Diario de Anna Frank. | El estudiante elaborará una reflexión sobre El Diario de Anna Frank. |
En módulos anteriores identificamos las tres redes cerebrales que facilitan el aprendizaje: Afectiva, Estratégica y de Reconocimiento.
Aunque es cierto que estas redes siempre están trabajando de manera simultánea, es útil considerarlas por separado al pensar en el currículo.
Se recomienda que el docente se pregunte cuál de las 3 redes es la más relevante para una meta determinada, con el fin de poder entender qué partes de la tarea deben permanecer constantes y cuales pueden ser diseñadas para ser más flexibles.
Algunas de estas preguntas son:
Una vez que el verdadero propósito de una actividad es aclarado, los docentes podrán pensar en los tipos de flexibilidad que pueden incluir en el ambiente de aprendizaje para ayudar a sus estudiantes a alcanzar la meta.
Un ejemplo sería si la meta de una actividad es “demostrar competencia en la escritura”. En ese caso, como el contenido no está especificado y no es clave para esta meta en particular, el docente podría incrementar la implicación de sus estudiantes al permitirles que escriban sobre el tema que más les interese y adaptando el reto a las habilidades de cada uno de ellos.
Se sabe que los retos muy fáciles o muy difíciles desmotivan al estudiantado. Por ello, los objetivos deben escribirse de manera que reten a los estudiantes apropiadamente.
El fin último de DUA es que los estudiantes se conviertan en aprendices expertos e independientes. Una manera de lograrlo es enseñándoles a establecer sus propias metas.
Para ello, una recomendación es hablar con el grupo acerca de las metas de aprendizaje de la clase y pedirles retroalimentación sobre cómo podrían alcanzarlas.